Secaucus, New Jersey

jun 13, 2013

Goya Foods es la compañía de alimentos más grande de propietarios hispanos, en los Estados Unidos y hoy recuerda a Joseph A. Unanue, ex presidente de Goya Foods, Inc. quien falleció la noche del miércoles, 12 de junio del 2013, en su hogar en Alpine, Nueva Jersey, a los 88 años de edad, en compañía de su amada esposa, Carmen Ana, y su familia inmediata.

 

“Perdimos un gran hombre y un integrante muy querido de nuestra familia, lo extrañaremos inmensamente”, dijo Bob Unanue, Presidente de Goya Foods.  “Uncle Joe siempre creyó en la importancia de la familia, lo que nos ayudó a sentar las bases de lo que Goya representa.  Era un emblemático hombre de negocios, no sólo en la industria de alimentos, sino en la comunidad hispana y, más que nada, en La Gran Familia Goya”.

 

Joe fue un líder y administrador indiscutible, querido y respetado por todos debido a  su ambición, tenacidad y compromiso no sólo con su visión de desarrollar la compañía Goya, sino por mantenerse dentro de las tradiciones de su familia y de su cultura. Joe comenzó a trabajar en Goya en el año 1952 y fue Presidente de Goya Foods, Inc. desde el año 1976 hasta el 2004. Bajo su liderazgo y el de su hermano Frank Unanue, Goya pasó de ser una compañía de alimentos regional a una marca global que cuenta con 15 instalaciones de producción y distribución alrededor del mundo.

 

Junto a su esposa, Carmen Ana, Joe dedicó gran parte de su vida a causas filantrópicas por medio de la C&J Unanue Foundation, que también fundó el Joseph A. Unanue Latino Institute for Latin American Studies en Seton Hall University, El Museo del Barrio y la Arquidiócesis de Newark.  Además, recibió la Llave de la Ciudad de Boston, y en 1991, la revista Hispanic Magazine honró a Don Joe con el Premio Nacional Hispano por Logros. También, junto a su hermano Frank, fueron los Gran Mariscales del Desfile Nacional Puertorriqueño. Además, fue miembro de la junta directiva de La Universidad Católica de América.


 
Joe Unanue siempre se sintió muy orgulloso de haber pertenecido al Ejército de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial y fue merecedor de una Estrella de Bronce por su servicio y conducta honorable durante La Batalla de las Ardenas.

 

Le sobreviven su esposa, Carmen Ana, su hijo Andy y tres hijas, Mari, Maribel y Mimi, así como 16 nietos y dos biznietos.